lunes, 7 de febrero de 2011

sábado, 5 de febrero de 2011

Carta a un ausente

Tenerte allí escondido en una cajita y sorprenderte de súbito para que me hagas sonreír, acercarte al oído para que llenes de historias tuyas mi secreta vida. Desnudarte mi intimidad, mostrártela desde las sonrisas que duelen un poco cuando las observas desde la ambigüedad de la presencia y la ausencia. No sé de que manera interpretarte (o tal vez si); pareces una caja vacía en una esquina que guarda tesoros que ya no le pertenecen, pero también simulas un mar lleno de peces coloridos, la nariz de un payaso que nunca deja de reír, la mirada de un niño extraviado en su picares.
Te contradices en el vuelo vibrante de un pájaro que se siente preso en el aire, fuera de control pero con un camino que cree trazado. Tal vez no entiendas mucho lo que quiero decir, es cierto, yo tampoco lo comprendo muy bien sinembargo hoy siento la gravedad un poco mas densa, un poco mas pesada, pero también frágil y delicada, hay pájaros en la jaula.

Dime pequeño niño, cómo eres capaz de concebir la vida con miedo a la ausencia sin siquiera saborear un poco la presencia? Eso ya es ausencia en si! A veces aunque te ocultas detrás de tu sinceridad bonita le huyes sin siquiera intentarlo a la fragilidad, al abandono del tiempo, a los tan inevitables errores, a la tristeza que también es vida y a la felicidad misma. Prefieres la tranquilidad que a veces también inquieta. Niño de quien te escondes? A que realmente le huyes?

Siento el egoísmo con el que te escribo esto y el desespero que me invade tu ausencia. También te has llevado algo de mi sin quererlo pero yo propicie esto, yo fui quien abrió la puerta forzadamente, la que violo tu tranquilidad e intervino en tus sonrisas que quizá hoy ya no son las mismas. Siento los pálpitos subrepticios en tus noches y los pensamientos que fluyen veloces en tu cabeza y lamento no poder darte una mejor explicación del porque siento lo que siento pero podría semejarlo con la sensación de un caballo desbocado y perdido en un valle..

pero quien realmente sabe lo que siente un caballo?

martes, 11 de enero de 2011

Nada

Aun cuando brote de mi un pedazo de vida.
Ya no habrá corazón. Ni piel. Ni Sangre que darle.
Existirá tristemente en mi olvido.